jueves, 23 de junio de 2011

Bojan Krkic y Ricky Rubio: 'Vidas paralelas'

Habían coincidido en el rodaje de un spot de Nike, pero donde se conocieron de verdad, donde se intercambiaron los números de sus móviles, fue en la redacción de Mundo Deportivo. El 21 de diciembre de 2007, Bojan Krkic (Linyola, 28 de agosto de 1990) y Ricky Rubio (El Masnou, 21 de octubre de 1990), dos jóvenes promesas de 17 años del FC Barcelona y del DKV Joventut que apuntaban a estrellas, se sometieron a una divertida sesión de fotos con nuestro compañero Pere Puntí de la que salió la primera portada del año 2008, que debía ser el de su confirmación en la elite, tras darse a conocer en 2006 y explotar en 2007. El martes, tres años y medio después, volvieron a compatir portada, en esta ocasión después de colgar el '9' del Barça, Bojan acordando su traspaso a la Roma y Ricky presentándose con los Minnesota Timberwolves.

Bojan Krkic y Ricky Rubio, vidas paralelas
EN EL ÚLTIMO SEGUNDO
Quedan ya lejanos aquellos meses de mayo y junio de 2006, en los que Bojan, en edad cadete, marcó el gol que dio la Liga en el descuento al Juvenil A y después conquistó la Copa del Rey. En agosto, Ricky, que ya había debutado en la ACB con 14 años, 11 meses y 24 días, asombró en la final del Europeo cadete, primero forzando la prórroga con un lanzamiento triple desde el centro del campo y después firmando la victoria con unas estadísticas estratosféricas: 51 puntos, 24 rebotes, 13 asistencias y 7 recuperaciones.

En 2007 explotaron. Bojan subió al filial, debutó con Rijkaard en Egipto, se proclamó campeón de Europa y subcampéon del mundo con la Sub-17 y cerró el año consolidado en el primer equipo con tres goles ya en su haber. Mientras, Ricky era un ídolo en Badalona y el quinto jugador mejor valorado de la ACB.

En 2008 siguieron creciendo, uno como cola de león y otro como cabeza de ratón. Mientras Bojan aprovechaba sus minutos desde el banquillo, el 10 de febrero Ricky lideró con un Rudy Fernández inconmensurable el triunfo de la Penya en la final de la Copa del Rey, ante el TAU y en Vitoria. Mientras Bojan terminaba la temporada en blanco, Ricky sumaba un segundo título, la ULEB Cup. Y mientras Bojan renunciaba a la Eurocopa de Austria y Suiza, que la selección acabó conquistando, Ricky se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín.

En los últimos años, Bojan sí ha ganado títulos con el Barça, pero sin la confianza de Guardiola, que sólo confió plenamente en él cuando se cansó de Ibra. Los últimos cuatro partidos de la Liga 2009/2010, con actuaciones estelares en El Madrigal y el Pizjuán, invitaron al de Linyola a soñar con un futuro mejor, pero la 2010/2011 ha sido una pesadilla. Ricky se ganó una plaza en la NBA, siguió colgándose medallas con la selección y ha firmado dos años sensacionales como azulgrana, con seis títulos, entre ellos Liga ACB y Euroliga.

Sí se han mantenido a la par en carácter. Son idénticos. En 2007 eran niños y ahora son estrellas, pero continúan caracterizándose por su sencillez, su naturalidad, su simpatía, por mantener las amistades de toda la vida. En buena parte, en gran parte, gracias a sus padres, Bojan, ex futbolista, y Maria Lluïsa, y Esteve, ex baloncestista, y Tona, a quienes ahora les tocará vivir en los aeropuertos. "Son gente sana y los que conviven con ellos ponen la mano en el fuego por que no cambiarán nunca", escribimos aquel enero de 2008. No se han equivocado.

LOS MISMOS NÚMEROS
Bojan y Ricky se separan. Se echarán de menos como personas. Y como profesionales. Porque disfrutaban viéndose. Bojan, en el Palau Blaugrana, donde se le veía con frecuencia para animar al Regal Barça, como también lo hizo en la final de la Euroliga de Paris ante Olympiacos. Y Ricky, que jugó a fútbol hasta los diez años, en el Camp Nou. Ahora se seguirán por la tele. Y por teléfono, los mismos que se intercambiaron aquel 21 de diciembre de 2007 en MD.

Artículo publicado por: Mundo Deportivo

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